Cada Navidad y cumpleaños teníamos la misma pelea, porque el perfume es un regalo muy socorrido y nosotras no lo queríamos. ¿Es que son los perfumes tóxicos? Nos preguntaba siempre la familia, ya que llevamos bastantes años sin usarlos. Y cada año tocaba dar explicaciones. Al principio nos miraban con la típica cara de «ya está la sección hierbas de la familia con sus rarezas», pero los tiempos han ido cambiando y algunos se han apuntado al carro.
Cada vez hay más personas sensibles, y también cada vez hay más concienciación afortunadamente, así que esperamos que mientras nos leeis no nos pongáis esa cara. Al final del todo tenéis referencias al respecto por si queréis ampliar (la mayoría están en inglés). Nosotras sólo exponemos la información, lo que hagáis con ella ya es cosa vuestra. Si tenéis cualquier duda, preguntadla en comentarios y trataremos de responder.
¿Son los perfumes tóxicos?
Bueno, lo primero es aclarar que todos los ingredientes que lleven los perfumes están dentro de la legalidad, y a mucha gente hasta donde sabemos no le están produciendo ningún problema. Otra cosa es que cada vez hay más personas que tienen mayor sensibilidad, o que tengan una patología o predisposición que suponga necesidades especiales. Además, muchos de los ingredientes alérgenos o sintéticos pueden tener efectos por acumulación o por combinación, ya que como vais a ver están presentes en muchas cosas que usas diariamente.
Dicho esto, no es que la industria ayude a reducir el alarmismo. Pese a que cada vez hay más organizaciones que lo denuncian, las fragancias o perfumes están cubiertos por el llamado secreto comercial. No sólo los perfumes y colonias como tal: también cualquier producto de higiene personal o del hogar que incluya en los ingredientes las palabras «fragancia«, «aroma» o «parfum«. Detrás de esas letras puede haber una mezcla de sustancias, a veces decenas, que «por transparencia» están recogidas en un listado de más de 3.100 posibles. Y menudo listado de pesadilla… Por si fuese poco preocupante no poder conocer los ingredientes de lo que usas, es que en esa lista la inmensa mayoría de las sustancias son de origen sintético, muchísimas derivadas del petróleo. Y eso a nosotras, las hierbas, pues como que no nos gusta mucho…
Más que fomentar una alarma, se trata sobre todo de poder tener la información completa, para después poder elegir si lo uso o no. Habrá consumidores que dejarían de usar ciertos productos, pero habrá muchos otros que quizá no se preocupen o elijan conscientemente seguir usándolos. Lo importante es que como consumidor cuando leas los ingredientes puedas tener la información completa para decidir libremente.
Eau de petróleo
Afortunadamente también hay organizaciones luchando por la transparencia total en los ingredientes. La organización Environmental Working Group (EWG) indica que pese a que muchos perfumes y colonias pueden contener trazas de sustancias naturales, típicamente contienen más de una docena de sustancias sintéticas potencialmente preocupantes. Campaign for Safe Cosmetics, una coalición que lucha por cosméticos más seguros, analizó en un laboratorio independiente 17 perfumes de los más vendidos, y encontró 38 sustancias secretas. La media contenía 14 químicos no listados en ingredientes.
EWG al analizarlo indica que entre esos químicos «hay algunos asociados con reacciones alérgicas o disrupción endocrina, y muchas sustancias que no se han certificado como seguras para productos de cuidado personal. […] Algunos son químicos con tendencia a acumularse en el tejido humano». Generalmente esa acumulación es mayor en la grasa corporal, aunque muchos podrían pasar a la leche durante la lactancia, como por ejemplo el musk ketone. En otro estudio EWG ha encontrado hasta teflón y PFOAS en cosméticos como champús o maquillajes. Sí, teflón, lo que evitas en las sartenes.
Quizá unos de los más preocupantes sean los disruptores endocrinos. Se estima que casi cualquier cosmético, perfume o desodorante con «aroma» entre sus ingredientes contendrá algún ftalato, un grupo de derivados del petróleo. Especialmente abundante en los múltiples informes ha sido el dietil ftalato (diethyl phthalate). Es un químico que se estima presente ya en el 97% de los americanos (donde se hizo el estudio). Está relacionado con daños en el esperma en estudios epidemiológicos en hombres, pero también con problemas de desarrollo en exposiciones tempranas en niños, o con ovarios poliquísticos, hirsutismo, acné o infertilidad en mujeres, entre otros. Además los ftalatos se considera que pueden ser obesógenos, es decir, que favorecen la ganancia de peso injustificada.
También algunos parabenes son sospechosos de ser disruptores, y aunque no estén presentes en los ingredientes podrían estar escondidos dentro de la fragancia. Es decir, no todos los ingredientes tras «aroma» tienen función exclusiva relacionada con el olor.
¿Qué es un disruptor endocrino?
Para explicarlo de forma sencilla, son sustancias ajenas a nosotras que una vez en nuestro organismo se comportan como una hormona o influencian negativamente en el equilibrio hormonal. Tengamos en cuenta que ese equilibrio es importantísimo en nuestro cuerpo. Los disruptores endocrinos pueden anular una acción fisiológica regulada por hormonas, o generar respuestas mayores o menores a lo normal.
No sólo se incluyen las hormonas sexuales, cuyas alteraciones se relacionan con problemas de fertilidad y calidad del esperma, riesgo de aborto, ovarios poliquísticos, endometriosis, ginecomastia en varones, menarquia temprana en niñas, o mayor riesgo y agresividad de cánceres hormonodependientes. También podemos encontrar alteraciones tiroideas, cada vez más comunes, o de glándulas suprarrenales. En niños también se relacionan con problemas de concentración y desarrollo. Las exposiciones en embarazo, lactancia, infancia y juventud se consideran con mayor riesgo de consecuencias a largo plazo.
El problema es que nuestras hormonas y neurotransmisores se secretan en cantidades minúsculas, por lo que se cree que dosis bajas de estas sustancias podrían tener efecto, pese a estar por debajo de las dosis tóxicas estudiadas. Y eso sin contar los efectos que tienen al combinarse en el cuerpo, pudiendo aumentar su toxicidad en algunos casos. Algunas de estas sustancias son de origen natural, como los fitoestrógenos o algunos aceites esenciales. La inmensa mayoría son de origen sintético, como pesticidas o derivados del petróleo.
Protegerse de todos es muy difícil y estresante, pero sí se puede reducir la exposición a aquellos que no controlas (los ambientales por ejemplo), eliminando aquellos que se pueden evitar. Hay organismos que mantienen listas actualizadas, tanto en España como en otros países. Por el tipo de exposición y la continuidad de uso, los productos de higiene y cosmética son un buen punto de partida.
No es cuestión de dinero
Aunque en parte sí lo es. Por ejemplo, la vainillina, molécula aromática de la vainilla, hace décadas que por motivos económicos se obtiene mayoritariamente mediante un derivado del petróleo, el guaiacol petroquímico. La vainilla tiene un precio alto y no tiene suficiente producción para satisfacer la demanda, ya que se usa muchísimo en alimentación y perfumería. De 12.000 toneladas que se produjeron en 2001, 1.800 eran de origen natural, y del resto el 85% era obtenida del petróleo, la vía más barata. En la etiqueta podría poner sólo aroma, o incluso aroma de vainilla, y no sabes su origen real.
Como ejemplo, el informe de la BCPP
A lo que nos referimos es que no se trata de un problema de marcas baratas. Si bien muchas marcas blancas podrían valerse del truco de «parfum», hay también grandes marcas muy conocidas que contienen sustancias secretas. La organización Breast Cancer Prevention Partners, centrada en la prevención del cáncer de mama, publicó un exhaustivo informe en 2018, del que tenéis un link abajo del todo. Analizaron 100 productos de cuidado personal y 40 de limpieza del hogar.
Uno de los descubrimientos más preocupantes que hicieron fue que algunos de los productos del mercado analizados con más tóxicos eran de higiene infantil: el que más tenía era un champú para niños. De hecho sorprendentemente había más químicos preocupantes en los perfumes y cosmética analizados que en los productos de limpieza del hogar. Más de 1 de cada 4 químicos escondidos tras la palabra «fragance» según este informe está relacionado con posibles problemas de salud crónicos. En algunos productos la totalidad de las sustancias en la fragancia es sospechosa de algún efecto a largo plazo.
Los productos que más ingredientes preocupantes secretos contenían eran los aplicados en spray, entre ellos los perfumes. Estaban incluidos productos de primeras marcas y fragancias anunciadas a bombo y platillo por famosos actores y cantantes. Si leeis los listados y veis las gráficas reconoceréis muchísimos de los productos, y algunos os sorprenderán porque tienen marketing de naturales o «verdes». De hecho el octavo en la lista de los peores fue un champú de la línea «verde» de una gran marca, con un nombre que recuerda a orgánico o ecológico, y dirigido para chicas jóvenes, un momento clave para el desarrollo hormonal. Cotillead el informe si queréis saber cuál.
También os dejamos en español una publicación menos reciente (2005) de GreenPeace, así como información de la Fundación Alborada de prevención de enfermedades ambientales.
Posibles venenos escondidos en «parfum»
No caigamos en la quimiofobia. Como comprenderéis, en esa lista de miles de ingredientes no todos serán problemáticos, o no lo serán para todo el mundo. Y no todos los naturales son automáticamente buenos, porque también los aceites esenciales contienen alérgenos o acción hormonal. Sí puntualizar que nuestro cuerpo tiene mecanismos específicos para desechar los componentes de los aceites esenciales, porque hemos evolucionado juntos. No tiene por qué pasar lo mismo con algunos sintéticos.
Habrá sin embargo grupos de población más sensibles. Por ejemplo, será más fácil que una persona asmática o con alergias preexistentes tenga consecuencias en esos campos. O una persona con migrañas podrá verlas aumentadas en fuerza y/o frecuencia, mientras que quizá a otras no le de ni una molestia en la cabeza. Y por supuesto gente que ya tenga alteraciones hormonales (o en periodos de desarrollo) será más sensible a los disruptores endocrinos. En general, niños, embarazadas y adolescentes serán también más sensibles.
No estamos hablando de causa y efectos directos. De hecho, como la Dr. Heather Patisaul de la Universidad de North Carolina explica a la revista Time, no está clara cuánta exposición a los disruptores es demasiada. «No es como si pudiéramos exponer deliberadamente a un montón de mujeres embarazadas o niños a los ftalatos y ver qué pasa.» Y muchísimos de estos químicos no están certificados como seguros específicamente para usos diarios.
Pero recopilando en los diversos informes y estudios, hay diversos posibles síntomas y riesgos asociados con el uso de perfumes en algún grupo de población.
Posibles efectos adversos
- Sensibilización y alergias. Dependiendo del organismo se considera que entre el 1% y el 11% de la población mundial podría ser sensible a alérgenos presentes en fragancias. La Academia Americana de Dermatología considera las fragancias la causa principal de dermatitis de contacto.
- Irritación de vías respiratorias. Algunas sustancias volátiles pueden producir crisis asmáticas, o irritación nasal y de mucosas, como los ingredientes comunes en fragancias benzyl salicylate, benzyl benzoate o butoxyethanol.
- En la lista publicada por el IFRA con ingredientes usados en perfumes hay algunos posibles carcinógenos como pyridine, benzophenone, methyleugenol o el estireno (que también es disruptor endocrino). El benceno también se ha hallado, y el estireno, que aparecía en varias fragancias analizadas, se declaró por el National Toxicology Program de Estados Unidos como «razonablemente sospechoso de ser un carcinógeno en humanos».
- Disruptores endocrinos. En el estudio de 2010 que antes hemos citado de los perfumes analizados todos contenían una media de 4 sustancias disruptoras endocrinas. Entre ellas son muy usadas en perfumería los almizcles (musk) sintéticos, como musk ketone o musk xylene. Su presencia en la sangre en la mujer se asocia con fallos ováricos e infertilidad entre otras, además de que pasa a la leche materna y se acumula fácilmente en los tejidos. De hecho un estudio de EWG encontró musk galaxolide y tonalide en el cordón umbilical de recién nacidos.
- Neurotóxicos. Cualquier persona con migrañas te dirá que ciertos ambientadores o perfumes les producen o agravan los dolores de cabeza. Algunos musk sintéticos como musk tonalide se relaciona con degeneración neuronal.
Además algunos de estos ingredientes pueden reaccionar con el ozono en espacios cerrados, generando contaminantes secundarios potencialmente peligrosos como el formaldehido o partículas ultrafinas (Nazaroff 2004).
Y no olvidemos al medio ambiente
Si estás tan concienciada como nosotras con la emergencia climática esto te va a interesar.
Bastantes ingredientes escondidos en fragancias se consideran contaminantes ambientales persistentes. Además en un reciente estudio se ha visto que los VOCs (compuestos volátiles) de los productos de higiene, perfumes y limpieza afectan megativamente a la calidad del aire y al medio ambiente. De hecho ahora que los coches reducen en muchas ciudades su cantidad de emisiones, se considera que los compuestos químicos volátiles en conjunto podrían suponer hasta la mitad de las emisiones de VOCs. Es decir, contaminan nuestro aire.
Además los disruptores endocrinos en productos de higiene o protección solar pasan a la cadena alimentaria por el agua y la tierra. Los animales parecen bastante sensibles a ellos, viendo alterados los ciclos de reproducción y la fertilidad, o pudiendo tener más malformaciones en los recién nacidos. Al entrar en la cadena alimentaria pueden almacenarse en la grasa de los pescados, por ejemplo, siendo de nuevo ingeridos por otros depredadores, incluidos nosotros.
¿Pero, cómo pueden afectarme si sólo me los pongo encima?
Es que las vías tópica (absorbidas a través de la piel) e inhalada son dos entradas rápidas a la circulación sanguínea de moléculas y sustancias de bajo peso molecular y/o lipofílicas. Los compuestos volátiles suelen ser ambos, por lo que la penetración por la piel es veloz y efectiva. En pocos minutos las sustancias están viajando por tu torrente sanguíneo. De eso nos valemos los aromaterapéutas, o muchas drogas que se preparan en pomadas o parches. Además el cuello y las muñecas son zonas de altísima absorción.
La vía inhalatoria parece más complicada de entender. Todos nos hemos sentido agredidos por el perfume de alguien en un ascensor, pero parece difícil preocuparse por ello. Sin embargo muchos venenos han sido creados en forma de gas, con acciones muy inmediatas. Y eso sin contar con los estímulos que se producen a nivel de sensores olfativos sobre distintas áreas del cerebro, relacionadas con la memoria, la concentración o las emociones.
En nuestro caso esto también supuso la decisión de que ponerlos sólo en la ropa no era suficiente.
Y cuidado con la exposición profesional. Según la IARC (Agencia Internacional para la Investigación del Cancer) y los estudios recogidos en el informe de BCPP de 2018, las peluqueras y esteticistas están más expuestas a estos riesgos. Porque la mayoría de los productos usados en estos ámbitos incluyen «fragancia» o aromas en sus ingredientes, y por tanto pueden contener multitud de químicos sospechosos. De hecho hay un considerable mayor riesgo de cáncer de mama en estos dos gremios (entre 3 y 5 veces más). Además de mayor exposición a alérgenos, con riesgo de dermatitis, hiperhidrosis, asma, etc. Ten en cuenta que se da la exposición diaria durante horas a ambas vías; tópica e inhalada.
¿Y qué alternativa tenemos?
La primera alternativa lógica es de perogrullo: no usar nada para enmascarar tu olor. Nuestro aroma corporal tiene funciones, como pasa en otros mamíferos. Es nuestra carta de presentación, exhibe nuestra personalidad genética e inmunitaria. Y ya no hablemos a la hora de atracción, repulsión y reproducción… Una de las teorías que me encantaban de Pep Viú era cómo la unificación de las fragancias nos había unificado también como masa, favoreciendo menos individualismo. Reconciliarte con tu olor no significa oler mal, o dejar de usar alternativas para controlar el sudor y la fermentación bacteriana en las axilas por ejemplo.
Pero entiendo que habrá gente que no quiera esa opción, o que a veces quiera usar algún tipo de perfume. Hay marcas de perfume natural con «full disclosure» que le llaman los americanos: todos los ingredientes están en la etiqueta y nada se esconde. Se hacen con aceites esenciales o extractos de origen vegetal. Hay que tener en cuenta que los aceites esenciales contienen moléculas que pueden ser alérgenas, que son los nombres raros que ponemos en las etiquetas: limonene, linalool, geraniol, etc.
Perfumes naturales, haberlos haylos
Si te vas a hacer tu perfume con aceites esenciales, recomendamos no usarlos puros nunca, sino hacer disoluciones sobre aceite vegetal o manteca. Podéis añadir vitamina E (tocoferol) en perlas para conservarlos mejor. Intenta escoger aceites esenciales que no tengan acción hormonal (como la salvia), que no sean irritantes de la piel, y que no tengan problemas con personas asmáticas (como el eucalipto). Si se va a usar en niños, embarazadas o jóvenes, reduce la concentración y elige aceites esenciales que no estén contraindicados. No empieces con mezclas complejísimas, limítate a uno a tres aceites esenciales y juega con ello antes de complicarte la existencia.
Nosotras estamos a puntísimo de sacar dos fragancias elaboradas con un método tradicional indio que tiene más de 4.000 años, que además de natural está libre de alérgenos, enriquecidas con aceites esenciales. Esperamos que os gusten como alternativa posible y sencilla. Pronto os contaremos más cosas de ellas y del método usado. Especialmente difícil ha sido el encontrar un fijador de aroma que no fuese sintético ni de origen animal, tras contactar con múltiples empresas especializadas. Esa dificultad da una idea de cómo está el sector, porque si muchas empresas los usaran serían más fáciles de conseguir.
Si has llegado hasta aquí enhorabuena, porque menuda extensión que ha quedado. Era difícil reducir sin quedarse sólo en los mensajes, sin los datos bien explicados. Esperamos haber cumplido ese objetivo. Puedes ampliar la información muchísimo en las referencias que os indicamos aquí abajo. La mayoría están en inglés, y os hemos indicado entre paréntesis las que están en español. Ahora ya, tú decides.
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