Muchxs de quienes nos leeis ahora conocísteis a Pep, compartísteis nuestro amor y esa luz que se nos ponía a todas encima cuando estábamos con él. Muchas otras personas que nos leen hoy no llegaron a conocerle, pero le han vivido a través nuestro y a través de sus enseñanzas. Cuando nos lanzamos a crear Shiyoku queríamos que fuese un homenaje a él, el logo le hace referencia, y nuestra intención es honrar su legado de conocimiento con productos con ética y calidad. Aquellos de los que pudiera sentirse orgulloso de contar como propios, o de haber puesto la semilla en nosotras para que los creásemos.

Porque Josep Viú, Pep, fue nuestro Maestro y amigo. La vida cruzó nuestros caminos, y él ayudó a mi madre a sanar de una grave enfermedad que la estaba consumiendo. Pronto me acogió como alumna, pese a que mi profesión sanitaria me hacía escéptica y analítica. Debió parecerle un reto, o vió de alguna forma que una vez que me enganchara a la aromaterapia, sería un amor para siempre. Y mientras me impartía clases magistrales en lugares mágicos – como una cueva en el Cabo de Créus, un paseo por su trocito de Pirineo reconociendo plantas y frutos, en su terraza bajo su buganvilla querida con un té enfriándose sobre la mesa, en la playa de Cadaqués viendo atardecer… -, se iba tejiendo una red de amor y amistad de la que disfrutamos años.

Pep distaba mucho de la perfección; más humano que divino, con sus cosas, sus manías, sus chistes verdes, su razón chocando con la cabezonería aragonesa… Pero todo eso unido a su conocimiento, su generosidad, su humor, su cariño, su sonrisa, su sabiduría espiritual, todo lo que le hacía ser él, te arrastraba a quererle y sentirte orgullosa de contar con su amistad. Imagínate de contarte como su alumna, parte de su legado…

Pep Viú in Memoriam

Pep ViuLlegó un día, en uno de esos fines de semana que pasamos en su tierruca, en el que Pep decretó que ya había terminado de enseñarme. Su última lección como tal fue decirme que ahora me tocaba volar, encontrar otras fuentes de conocimiento de las que él no hubiera bebido. «Te toca crecer desde aquí», me dijo con un abrazo. A partir de ahí seguimos cultivando nuestra amistad, compartiendo los «descubrimientos» que yo iba haciendo. Yo seguía considerándole mi Maestro, y su felicidad fue genuina e ilusionante cuando le dije que iba a estudiar Naturopatía. El Pep lo había logrado: esta logista de emergencias era ya una enamorada de lo natural.

Ese mismo fin de semana que me «graduó», mientras hacía la maleta para volver a Madrid, me leyó varias de sus poesías desde la puerta, y después cuando vio interés sentado al pie de la cama. Estaba ilusionado, con un brillo como de niño en la mirada, queriendo leerlas todas. Me traducía las que estaban escritas en catalán, pero primero me las recitaba en su lengua original para que saborease su sonoridad. Declamaba las que estaban escritas en español, y a veces se le quebraba la voz con algún verso que tocaba fibra. Fue un momento que tenía grabado en la memoria; aunque muchas más veces compartimos sus escritos, aquel fue muy especial.

Tras su fallecimiento uno de nuestros duelos era que toda esa obra, en la que él depositó tanto, se perdiera en una caja. Después fue su legado de ética y conocimientos lo que sentíamos que se perdía. A finales de 2017 creamos Shiyoku con todo lo que él fue, con lo que nos dejó y con lo que aprendimos después. Su semilla creció más de lo que podría imaginar. Ojalá pudiera verlo, o mejor, ojalá pudiera sentir e inhalar nuestros aceites, nuestras fórmulas. Estamos seguras de que sonreiría orgulloso, porque Shiyoku es parte de su inmortalidad. Y mucha gente que no le conoció seguirá viviéndole a través de ella y de nosotras.

Pep viuPero seguía la espinita de haber perdido su otro legado, sus poesías. Y he aquí que hace poco, gracias a haber hablado de Pep en la web, un amigo suyo nos encontró. Conocíamos de él mil historias, incluso vimos una tarde cientos de fotos de uno de sus viajes a India en las que estaban juntos. Pero nuestro nexo era él, y sin él no nos encontramos, hasta ahora. Cómo es el Universo de caprichoso, tuvimos que iniciar nuestro camino de recuperar a Pep para que Lluis nos hallara. De repente una mañana aparece su email, y nos invita a un blog en el que está subiendo cada mes una de las poesías. ¡Imaginad la emoción!

No hemos sabido elegir. Cada una tiene un trocito de él, mucha profundidad, y merecen ser leídas en su lugar, así que os dejamos el link para que buceéis en ellas si queréis. «Curiosamente» está la primera que me leyó aquel día desde la puerta, Viviría aquí.

El regalo que nos ha hecho Lluis – al que nosotras conocíamos de oídas como «el Luisillo» -, ha sido maravilloso. Y ahí estaremos cada mes esperando una nueva dosis de nuestro Pep en su esencia. Os las iremos compartiendo en redes sociales según se publiquen nuevas, pero hoy os invitamos a visitar el blog Pep Viú In Memoriam (link) y saborearlas como deseeis: de una vez, a sorbitos pequeños, repitiendo bocados… Disfrutadle, sentidle así, sin intermediarios, desde sí mismo, de alma a alma.

Y si os surge, dejadle unas palabras, lo que os ha inspirado, o un recuerdo con Pep si lo tenéis. Que haya más palabras que las suyas en su In Memoriam: el Pep sabía disfrutar del silencio, pero le gustaría ver algarabía jejeje.

Con que os emocionen la mitad que a nosotras, con que os llegue alguna y os haga sentir cosas, con que una frase os abra una puerta dentro u os ponga una semilla, ya tendrá todo más sentido. Sólo el hecho de que estéis aquí, leyendo esto, ya es una felicidad. Gracias.

https://pepviu.blogspot.com/

Tiene que existir un tiempo

sin tela de araña ni enredos

en el que los seres simples

podamos respirar sin miedo

a morir contaminados.

Sí, tiene que existir,

la vida nos lo debe.

– Josep Viú